Ayer en la tarde-noche cuando regresaba por la Cota Mil , de la casa de mi mami, me encontré entre la zona de Estribo de Duarte y Los Chorros, con uno de los peores y más tristes incendios voraz que haya podido ver del Cerro El Ávila, era impresionante observar como las llamas ascendían de manera incontrolable por distintos puntos a la vez, sentía tristeza, dolor e impotencia ver como se extendían con gran rapidez las llamas y como los bomberos actuaban prácticamente sin poder hacer nada.
De verdad que todos los que hemos tenido contacto con esta montaña, así como los amantes de la naturaleza y los ambientalistas, nos duele en el alma ver estas escenas, es como si se desgarrara algo dentro de nosotros.
Me impresionaba ver como la velocidad del viento hacía que la fuerza de las llamas consumiesen todo lo que se conseguía a su paso y de que manera se devoraba toda esa área de vegetación del Parque Nacional, con la mayor rapidez posible.
Me impresionaba ver como la velocidad del viento hacía que la fuerza de las llamas consumiesen todo lo que se conseguía a su paso y de que manera se devoraba toda esa área de vegetación del Parque Nacional, con la mayor rapidez posible.
Desde que fui Boy Scout para mí los incendios forestales espontáneos no existen, tiene que estar de manera alguna involucrada la presencia humana, bien sea de forma intencional o por negligencia.
Por ese motivo, me costaba mucho entender como mi montaña podía arder por tres puntos simultáneos y por encima del cortafuegos, sin duda alguna me atrevo a decir que esto fue producto de manos criminales e inescrupulosas, quizás hasta piromaníacos, que disfrutan ver arder nuestro emblemático cerro El Ávila. Si así fuese no deberían de tener perdón.
Luego en la noche, desde la ventana de mi casa observaba, lamentaba y me dolía mucho ver como, durante toda la noche, ardía ese lado de la montaña, y, para colmo hoy en horas de la mañana camino a mi trabajo volví a sentir esa impotencia al ver que durante toda la noche de ayer, la madrugada y la mañana de hoy aún seguía ardiendo nuestro Ávila, da tristeza ver como nuestros bomberos, no cuentan con equipos sofisticados ni herramientas adecuadas para combatir este tipo de incendios, simplemente lo hacen de una manera incansable, por ímpetu y orgulloso, enfrentándose en una lucha, de manera desigual, para extinguir estos incendios forestales, además que la zona afectada es particularmente riesgosa y muy empinada, definitivamente, recursos humanos tenemos, pero no tienen el apoyo gubernamental.
Asimismo, pude observar varios grupos de rescates, personal del Instituto Nacional de Parques (Inparques) y Guardias Nacionales, quienes se encuentran desplegados en las zonas combatiendo el fuego, prácticamente sin herramientas. Así que, para ellos, nuestros héroes bomberos, nuestro mayor reconocimiento.
Es importante mencionar, que para la capital el sistema de extinción aéreo cuenta con un sólo helicóptero, que dicho sea de paso no labora de noche y que entre ir y venir a cargar el recipiente de agua el daño es irreparable, prácticamente es imposible utilizar este recurso para combatir eficazmente estos incendios, ya que lamentablemente no se cuenta con mas helicópteros de este tipo, que pudieran solventar o mitigar las llamas en estos casos desde el aire. Que triste aceptar que con tantos ingresos que ha manejado el Estado, no haya podido dotar a nuestros bomberos con equipos y con tecnología de punta.
Esta mañana el tránsito por
DIOS quiera que puedan combatir y extinguir las cabeceras de este incendio, que por segundo día consecutivo se mantiene vivo y amenazando con extenderse hasta el Pico Oriental, sólo así se podrá evitar daños mayores y/o que el mismo no se propague hacia otros sectores del principal pulmón vegetal de nuestra ciudad.
Lamentablemente, casi después de una semana que se inicio este fuego, hoy sábado 27 aun quedan secuelas y conatos de incendios (fumarolas) entre la Julia y Terrazas del Ávila…
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