Haber participado en el Maratón de Rio de Janeiro ha sido para mí una experiencia inolvidable y diferente a los 33 maratones anteriores en los que
he participado, Primero: porque cuando decidí correr este 42k sólo faltaban 6 semanas, para la prueba, lo que significaba que debía
enfrentar esta meta con un entrenamiento de tan solo 5 semanas, sabía que no era una tarea fácil, considerando lo exigente que representa enfrentar este tipo de prueba, además que venía de estar
tres meses parados sin correr motivado a que dedique parte de este tiempo en enfocarme a solucionar un problema personal relacionado con la adquisición de nuestro nuevo hogar. Segundo: El Maratón de Rio de Janeiro a diferencia de la mayoría de los maratones rompe con el formato de correr a través de
las principales calles y atractivos turísticos de las ciudades, ya que más del 90% de su recorrido se desarrolla por la orilla de sus costas, sin dudas que es un espectáculo para los corredores que nos
encanta el paisajismo.
Río es una ciudad que vive en función del mar, las costumbres y la vida de la gente están estrechamente ligadas a sus playas, los cariocas, personas nacidas en Río,
no llevan toallas a la playa, prefieren alquilar sillas y sombrillas a los vendedores que también suministran bebidas frías como caipirinha, cerveza o agua de coco.
Como probablemente ya saben, Río de Janeiro fue elegida por el COI como sede de la Juegos Olímpicos de 2016, y será la primera ciudad sudamericana en ser sede del evento
y la segunda en América Latina, 48 años después de la Ciudad de México quien organizó los JJOO en 1968.
El Maratón de Rio de Janeiro se corre a través de calles de la ciudad a partir de Recreio dos Bandeirantes, zona ubicada al oeste de la ciudad, con una una playa de aproximadamente
2 kilómetros de extensión, de arenas blancas; terminando en Flamengo, con una fantástica ubicación, en los márgenes de la Bahía de Guanabara y el Parque do Flamengo.
A las 5:30 am tome un taxi desde mi hotel cerca de Copacapana hasta el lugar donde se encuentra la línea de llegada (Parque do Flamengo), acá se toman los autobuses oficiales
del evento, que nos llevan al sitio de salida en Recreio, para luego recorrer las zonas de Barra da Tijuca y Sao Conrada, en la ruta de las playas de Leblon, Ipanema y Copacabana, para concluir en la línea de meta en
Flamengo, donde te puedes dar un rico baño en las aguas frías de esta playa.
Nuestro autobus salió a las 5:30 de la mañana y llegó después de mas de una hora de recorrido, recorriendo la ruta practicamente del maratón en sentido
inverso.
Son muchas y muy diversas las playas que podemos disfrutar durante el trayecto, pero todas ellas tienen una característica común, su increíble belleza, con la Serra
do Mar en aumento hacia el interior desde la costa fabulosa de Río, este paisaje con los océanos a su derecha y las montañas a la izquierda, hacen, sin duda, que la ruta de este maratón sea unos
de los más hermosos en los que he participado.
Pasas, por Leblon, sus aguas no son aptas para meterse y por lo tanto no es tan frecuentada como las otras playas, pero posee un recorrido muy extenso que la hace ideal para caminatas y
practicar deportes. Ipanema, en la lengua tupiguaraní significa agua peligrosa, sin embargo, es uno de los lugares adorados por los surfistas. Arpoador, esta bella playa de Río de Janeiro separa a Copacabana
de Ipanema, solamente posee una faja de arena de 500 metros, pero desde ella se pueden apreciar los mejores amaneceres. Su nombre recuerda a épocas en las que lo habitual era arpoar, es decir, la caza con arpón
de ballenas que venían al sur en busca de aguas más cálidas. Hoy en día las ballenas han buscado otros refugios debido al gran movimiento de surfistas.
Y, Copacabana, la más famosa de todas las playas, posiblemente no solamente de Río, sino del mundo entero, tiene una longitud total de 4 Km (si incluimos la playa de Leme).
Aquí podemos encontrar a gente jugando al fútbol o al volibol a cualquier hora del día. Copacabana simplemente deslumbra por si sola. Se destaca en ella la hermosa rambla de la Av. Atlántica, a
modo de mosaico con piedras portuguesas blancas y negras formando olas.
Es importante destacar que hay corredores que la monotonía de la vista los agobia, así como hay otros que necesitan escuchar música para hacer más llevaderos
los kilómetros, en mi caso, hasta ahora en mis 34 maratones completados no he sentido la curiosidad ni la necesidad de correr escuchando música, inclusive ni en los entrenamientos, yo no soy muy partidario de
escuchar música mientras se corre, creo que uno de los motivos por los que me gusta correr es porque me permite encontrarme conmigo mismo, meditar o poner la mente en blanco, pensar en mis cosas o hacer ejercicios de
retrospección, planificar mis próximas metas, ordenar mis ideas, desconectarme, ver todo lo acontece a mi alrededor mientras corro, liberar el estrés, concentrarme en superarme a mí mismo, a estar
sólo horas y horas con mis propios pensamientos, en fin, son tantas las cosas que se puede disfrutar y pensar mientras se corre, que ese especio me lo tomo exclusivamente para mí.
Además, eso me ha ayudado a crecer, aprender a no rendirme ante las dificultades y los problemas, a valorar más la vida y la familia que tengo, aprender a andar con el dolor
y sobre todo a sentirme vivo, porque puedo sentir, disfrutar y activar mis cinco sentidos.
Soy de los que piensa que si escucho música, quizás no lograré concentrarme, disfrutar y enfocarme en todas esas cosas a las que he mencionado anteriormente, y quizás
mucho menos conseguir concentrarme para llegar a la meta. Además, la música impide que puedas "escuchar" tus sensaciones, el ritmo de tu respiración, tus pulsaciones, la pisada, el saludo de
otros corredores, el grito y la bulla de los espectadores aupándote, los que gritan tu nombre, etc.
Adicionalmente, estos momentos de placer, exaltación, concentración y meditación se puede entrar en contacto con DIOS, así que ¿qué esperas para darte
una oportunidad y vivir esa experiencia?. En cualquier caso, esto es algo muy personal y, si crees que rindes mejor escuchando tu música favorita, entonces síguele dando play a tu iPod.
En otro orden de ideas, a pesar que estaba consciente que no tenía un entrenamiento, ni siquiera base, para buscar una estrategia de carrera, los resultados obtenidos durante esas
5 semana me permitían hacer una proyección de tiempo entre 3h30 y 3h40, así que desde el primer kilómetro de la prueba salí a buscar un ritmo cercano a los 5 min por kilómetros, es
decir a una velocidad de 12 km/h, los primeros 5 km los pase en 25 minutos, y con buena sensación lo que me permitía soñar con lograr un tiempo de 3h30, los 10 km los pase en 51 minutos, y a a medida que
iba avanzando la prueba sabía que no iba a poder mantener este ritmo durante los 32 km restantes, por lo que decidí olvidarme del tiempo y dedicarme a disfrutar de la vista y del paisajes que ofrecen los morros
y las playas de Río de Janeiro.
En cuanto a la ruta, los primeros 10 km se desarrollan en un falso plano, adicionalmente, este trayecto se torna un tanto incómodo para los corredores, ya que cada 400 metros
aproximadamente se encuentran reductores de velocidad conformados por dos barreras, una de adoquines seguida de otra de ojos de gatos, bastantes pronunciados, lo que hace que cada vez que te aproximes a ellos dediques parte
de tu atención concentrada en evitar una mala pisada, a esto se le suma un poco la molestia del sol que te pega de frente en la cara, por lo que es conveniente y recomendable correr con lentes y gorra.
Una de las novedades por cierto que más me gusto de este maratón fue el uso de bolsa de Gatorade (de 400 ml) bien frías, estilo chupi, Guao!!! De verdad que todos los
maratones del mundo deberían de COPIAR este formato que le facilita al corredor su ingesta de una manera más cómoda, y desde acá invito a todos los corredores del mundo para que se hagan eco de
esta idea y la participen o la propongan a los diferentes organizadores de maratones en las que participan para que se propague de manera exitosa
De hecho cada vez que me aproximaba a un punto de Gatorade mi alegría se desbordaba, ya que las ingesta del líquido frío me refrescaba y sentía como reponía
inmediatamente los fluidos, además que eso me daba confianza y seguridad en contra de los calambres, ya que a pesar de la sudoración producida por el incremento del calor, a consecuencia de la temperaruta de
ese día, según algunas publicaciones y amigos Runners ese día la temperatura llegó a 35 grados centígrados, se minimizaban por la ingesta de Gatorade.
Desde un primer momento, la ruta impresionó mis sentidos, si bien iba concentrado en mi carrera y en mantener un ritmo sostenido, resultaba difícil no llenarme los ojos con
aquel escenario único, de un lado el mar y la playa, y del otro, montañas exhuberantes.
Tal como les comenté anteriormente, recorrimos la zona costera de Recreio, Barra de Tijuca, Sao Corrado, Leblón, Ipanema, Copacabana, Botafogo y Flamengo, un trazado con vistas
maravillosas, con el mar como compañero prácticamente durante todo el recorrido. Poco a poco el calor se hacía sentir y el sol inundaba cada rincón.
Cada 3 km recibíamos hidratación fresca y de una forma muy práctica para consumir sin derramar el líquido. Fui tomando agua en cada puesto, bebida deportiva e
incorporando un gel de carbohidratos cada 45 min.
El medio maratón coincide justo con el punto de partida del medio maratón de Río de Janeiro que también se realiza ese día, saliendo media hora antes del
maratón, al pasar por acá con un registro de 1h47, y aún con buenas sensaciones, intente apretar un poco el ritmo a ver si me metía de nuevo en la intención de hacer al menos 3h30.
En el km 23 se pasa por un túnel como de un kilómetro de largo, en este trayecto es donde más se siente el calor, todo esto sumado a que la temperatura ya marcaba 30°;
luego en el km 27 te enfrentas a la parte más exigente del recorrido, una subida bastante pronunciada, la ruta en sí tenía dos grandes subidas, una en el km22 (Elevado do Joá) y otra del kilometro
27 al 28 (Avenida Niemeyer).
A pesar que ese día de la carrera los relojes ubicados en la vía, que marcaban la hora y la temperatura, iban anunciando como la temperatura se iba incrementando poco a poco
hasta llegar a 31 grados centígrados, sin embargo, correr en Río de Janeiro en comparación a otros lugares de playas, es ventajoso y diferente porque no se siente la humedad ni lo pegajoso.
Superada esta subida entramos a la costa de Leblón e Ipanema, lugar que ya habiamos visitado y donde nos habíamos bañado en la playa lo días anteriores, a pesar
del calor en los últimos kilómetros, es alentador encontrarte con una gran cantidad de personas apoyandote al entrar a las playas de Lebron, Ipanema y Copacabana, aunque correr practicamente al ras de playa distrae
la vista y la mente.
Ya había superado el km 32 y llegando a Copacabana Av. Atlántica km 35, las sensaciones seguían siendo muy buenas a pesar que el calor se hacía sentir, físicamente
me sentía bien, mi espíritu de maratón se mantenia intacto y mi cabeza puesta en el objetivo. Las ansias por llegar y la adrenalina me mantenían siempre atento y concentrado para no decaer.
De pronto, levanto la vista y veo el cartel que indicaba el km 40, faltaba muy poco y la gente se apostaba en los costados a alentar y a apoyar a los corredores. Cuando alcancé el
km 41 apuré el paso en forma progresiva, pasaban los metros y con las voces de aliento del público volví a acelerar hasta hacer un sprint final.
Miré mi reloj y no lo podía creer 3h37m, una enorme satisfacción y alegría se apoderaron de mi alma y cuerpo cansado, pero rebosante de felicidad, objetivo más
que cumplido y expectativas ampliamente superadas, es inexplicable y único eso que uno siente cuando cruza la meta, no importa el tiempo ni la distancia recorrida, para nosotros los maratonistas correr es ganar, es
superarse, es crecer, es desafiarse, es libertad y amor incondicional.
Por eso, correr es una parte importante de mi vida, cuando participo en un 42k, me transporto, me olvido de todo y logro una conexión única conmigo mismo. Amo correr, es así
y no puedo evitarlo, me gusta exigirme, plantearme nuevos objetivos, entrenar con garra y ponerle siempre toda la pasión.
Ya para finalizar, Río de Janeiro es un destino ideal para esos corredores que les gusta correr y hacer turismo, como recomendación para hacer de unas vacaciones placenteras,
es ideal visitar y conocer Búzios al igual que las cataratas de iguazu, sin dudas dos destinos que le dan un plus a tus vacaciones.
Río es una ciudad que inmediatamente te atrapa por la belleza de sus playas y por sus principales atracciones turísticas (Pan de Azúcar, Corcovado, Copacapana, Maracana,
etc). El sistema de transporte es perfecto, hay líneas de autobuses para todos los destinos, además, el metro te permite llegar al menos a todos los sitios de gran interés.
A Búzios se llega en autobus, lo ideal es quedarse en una posada dos o tres días, es un lugar apartado del bullicio, con gente bastante calidad en su atención, con
muchas playas hermosas y con diferentes opciones, en mi caso tuve la maravillosa oportunidad de conocer a un taxista, quien se encargó de simplificar y hacer de nuestra estadía más placentera, fue el encargado
de buscarnos al hotel y de llevarnos a cada una de las playas que visitamos
En relación a Iguazú, Guao!!! ¿Qué les puedo decir? Yo he tenido la bendición y la maravillosa oportunidad de ir al Salto Ángel 14 veces, creo que
es el lugar donde existe la mayor fuente de energía, sin embargo conocer las exuberantes Cataratas de Iguazu, desde el lado de Argentina como del lado de Brasil te dejan sin aliento, es algo increíble que no tienen comparación alguna, por algo fueron elegidas dentro de las 7 maravillas naturales del mundo.
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