–
Proverbio maracucho.
Últimamente
me ha crecido una barriga por la cual no me disculpo. Entre la caña y las
arepas, cuesta plata mantener una lipa. Pero ya ha llegado un punto en el que
no me puedo ver los pies cuando me baño por lo cual he decidido que es hora de
comenzar a hacer ejercicio. No es mi pasatiempo favorito del mundo pero tampoco
quiero ser el hombre que tiene cinco meses en estado.
Como
no me gustan los gimnasios, trotar ha sido mi mejor opción. Correr es un
ejercicio chévere debo decir. A menos de que te persiga un doberman pues, ahí
es como necesario. El problema es que para el momento en que me doy cuenta de
lo fuera de forma que estoy, he corrido demasiado lejos del carro. Pedro
Penzini nos mintió con sus consejos. No había que darle una vuelta al parque
sino a una parada de taxis. Por si acaso nos arrepentíamos. Como más sensata la
cosa.
Mi
gran problema con los maratonistas es que son echones con su entrenamiento. Sin
importar el tema de la conversación en la mesa, siempre encuentran la forma de
hablar sobre el maratón. Mencionan su rutina de dieta más veces que una Miss en
entrevista de radio y hablan sobre zapatos de tenis como quien habla de tetas.
Yo por mi usaría los zapatos con rueditas en la suela. Llegaría como más rápido
a la meta.
Y
eso es solo el comienzo de su entrenamiento. Después viene su exposición de
relaciones públicas a través de las redes sociales. Quien otrora ponía una foto
de perfil de si mismo empinando una botella de ron, ahora pone una donde se
rocía una botella de Gatorade en la cara. Quien antes usaba el Twitter para
comentar sobre la rumba en la que estaba, ahora lo usa para poner mensajes de
“yo quiero, yo puedo, yo voy.” Son más cursis que leer a Paulo Coelho en una
caminadora.
Si
es cuestión de recortar tiempo, creo que hacen falta incentivos para ganar la
carrera. Si yo fuera Johnny, les daría a todos un iPhone y les pondría un choro
detrás para que vean lo que es correr. Además en las tres horas que se tardan
también podrían hacer algo más. Tipo correr mientras arman carpetas CADIVI o
pitar con un megáfono a los pavosaurios que insisten en usar shorts tipo tanga.
Pasar tantas horas corriendo solamente es como para pasarles por al lado con un
Segway comiéndose un Bati Bati para que vean lo que es ahorro de tiempo.
Yo
mientras tanto doy mi vuelta rebaja lipa por el parque sin echonerías ni
excusas. En algún momento mis amigos maratonistas volverán a la normalidad.
Gracias a su diosa Nike, la temporada de carreras no es todos los meses y sé
que pronto vendrán a mi casa para emprender el único maratón que verdaderamente
vale la pena: sentarse a ver El Señor de los Anillos sin que se te duerman las
piernas. ¡Eso sí es un deporte serio!
Toto
Aguerrevere – @totoaguerrevere
No hay comentarios:
Publicar un comentario